viernes, 14 de noviembre de 2014

Donovan, Los.

Afortunadamente todo salió bien. Desafortunadamente nunca sabremos cual hubiera sido el resultado de la idea original que tenía David Chase para Los Soprano. Tony vs Livia. Madre e Hijo iban a encontrarse en la corte: Livia con esos olvidos (in)voluntarios, Tony lleno de rabia, el capo luchando por controlar a su banda, su madre luchando por controlar a su hijo. El juicio, es lícito imaginarlo, hubiese sido épico. Y la serie otra. 

La abuela de Caperucita no es

Empecé a ver Ray Donovan con la esperanza de ver a un macarra rompehuesos, de actitud chulesca, aficionado al putiferio y como mínimo borracho. Casi todas estas expectativas fueron cumplidas con creces. Pero afortunadamente la serie se llama Donovan, no Ray, Y Donovan hay, al menos, siete vivos y una muerta. Y la serie ha pivotado hacia estas relaciones (y vaya relaciones!) hermanos, hijos, abuelo, padre. Por si fuera poco, lo sitúan todo en el mundo glamouroso de hollywood, el mundo del hampa discográfico del hiphop, los sudorosos gimnasios de boxeo, la iglesia católica más sórdida, el FBI más perro y obviamente, los gánsters. Todo bajo el velo de la gracia lisérgica de un magistral Jhon Voight.

Dale Jhon, Sal a Bailar, que tu lo haces Fenomenal! 
Daleee!

martes, 11 de noviembre de 2014

Un Millar

Me contaron, y así lo creí durante muchos años, que Pele había matado a La Araña Negra de un balonazo en la cabeza. Había sido durante un partido de selecciones, cuando Pele disparo a puerta, creo que fue una chilena o tal vez en el lanzamiento de un penalti, y el balón impacto en la cabeza de Yashin. Por supuesto que no fue gol, eso hacía aún más grande la leyenda del portero ruso y por ende de Marcos Coll que unos años antes le había marcado un gol olímpico durante el transcurso del mundial de Chile. Una vez desviado el balón, cumplida su misión, la portería a cero, el soviético se desplomo para nunca volver a levantarse
Un tribunal condeno a Pele por homicidio involuntario. Estaba claro que el astro brasileño no cumpliría su condena en prisión, me dijeron. Las presiones eran muy grandes, recuerde que el presidente de la Fifa era brasilero, ese mafioso apellidado Havelange. La pena que le impusieron, y esto cuando lo pensé con el tiempo, es decir, años después de dar por completamente válida esta historia, era muy absurdo, su condena era patear un millar de cocos descalzo. Un millar de cocos descalzo, increíble. Esta condena, que Pele cumplio sin protestar y demostrando ejemplaridad, le sirvió como entrenamiento y método de mejora. Volvió para liderar a la fabulosa selección del 70 que gano en México y se quedo para siempre con la copa Jules Rimet.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Lluvia. Cae.

Lo primero que había que hacer era correr a cerrar las ventanas de arriba, de las habitaciones, para evitar que se mojarán las cortinas, los velos. Luego ya podíamos hacer lo que quisiéramos. Y siempre queríamos ir al comedor, al comedor pequeño, de paredes y suelo de piedra y lo importante, techo de cristal. Aquello era mágico: el cielo tornaba oscuro ("como un pulmón que flotase en una bañera llena de tinta negra"), el repiqueteo iba creciendo sin ritmo ni orden hasta que nuestras voces quedaban ahogadas. A veces la oscuridad era tal que teníamos que encender las luces. Y en otras el ruido era tal que poníamos la música a todo volumen y a duras penas la oíamos. Aquella lluvia nos volvía locos. 


Dura es la lluvia que cae de Don Carpenter es una novela bestial, de castigo y de odio, de gente que esta jodida sin saber porque, de gente que quiera joderse sin saber porque, de billares y borracheras, de romperse el lomo, de romperle el lomo, de la cárcel y del amor, del sistema judicial, del crecimiento humano, de la reflexión y de la acción. Es una novela Magistral de leer una y otra vez, de crecer con Jack, de hacernos sus mismas preguntas, sus mismas lecturas, de querer aconsejarle, de jodernos con él.  

Absolutamente Salvaje

martes, 28 de octubre de 2014

Amortiguar

Todo lo que se pueda decir sobre David Peace ya esta escrito (y muy bien escrito!) en el blog de Cultura Impopular del gran Óscar Palmer. Leer aquí



"El 15 de agosto del año pasado, minutos después de que el Emperador se rindiera, el Consejo de la Policía Metropolitana convocó a los presidentes de los siete principales gremios del mundo del ocio de Tokio. Entre ellos estaban los jefes de las asociaciones de restaurantes, cabarets, geishas y burdeles. El jefe del Consejo de la Policía Metropolitana tenía miedo de que los Vencedores llegaran pronto a Japón y se pusieran a violar a nuestras esposas e hijas, a nuestras madres y hermanas. El jefe quería que algo hiciera de "amortiguador", de manera que les presentó una propuesta. Les sugirió que los jefes de las asociaciones de restaurantes, cabarets, geishas y burdeles formaran una sola asociación central que satisficiera todas las necesidades de los Vencedores y les proporcionara distracción. Y les prometió que a esta nueva asociación no les faltarían fondos. 
Así nació la Asociación de Recreo y Diversión"

Tokyo Año Zero
David Peace

jueves, 16 de octubre de 2014

Extrañitud

Pues resulta que ahora la gente no puede hacerse Extraña. Estamos obligados a ser conocidos, a no tener un pasado oculto, un viaje sin explicación, unos reglones tachados con trazos negros y gruesos en nuestro expediente. Aquél viejo anhelo de desaparecer, hundirse en las brumas de la memoria familiar, perderse en una isla cocotera son imposibles. Estamos condenados a Saber Que Es De Los Otros, a que los Otros siempre sepan quienes somos. Hemos renunciado al principio básico de la ignorancia sobre los demás.
Hubo un tiempo donde las familias le perdían la pista a alguno de sus familiares. Se hacían fantasmagóricos, medio invisibles, protagonizaban extrañas, maravillosas, turbias historias. Ellos debían, porque así es su naturaleza, permanecer alejados del núcleo familiar espoleando la imaginación de los pequeños, llenando de silencios la vida de los adultos. 


Los Extraños de Vicente Valero nos cuenta la historia de aquellos que no están y que por tanto nos cuentan mucho de los que si, de los que se quedaron. Magnífico libro, lleno de brumas, con secretos y verdades a media, con verdades medidas. Extraños que hacen reconocibles a los Conocidos. Viajes lineales que terminan (aquí tendrían que intervenir los físicos teóricos) en el punto de partida. Libro engañoso que se lee rápido pero de mecha corta, que tranquilo aguarda, espera confiado, sabedor que detonará, que nos llevará a nuestros propios Extraños a aquellos que nos pueden explicar mejor quienes somos.  


martes, 14 de octubre de 2014

Ser

"Johnny llevaba un traje verde de piel de tiburón, y tenía muy mal aspecto. Tenía muchas ojeras y manchas amarillentas en la piel. Yo no soy médico, pero me dio mucho miedo"*

Todos esos esos jóvenes que se lanzaron a Vivir Deprisa no tuvieron tiempo a leer la segunda parte de la frase, aquella del Deja un Bonito Cadáver. Como si el tiempo fuese un escollo a salvar (120 segundos es el límite que marca el sábado noche, se sabe). Las nuevas sensaciones tenían un peaje que sólo se deja pagar con cicatrices, pómulos angulados, mentones que se alargan por el movimiento. Y siempre con pago exacto. No hay cambio. 
Que ilusos fueron al pensar que era cierto, que podían brillar, brillar hasta quemarse. Que podrían iluminar la noche, dilatar las pupilas de los que los que los mirasen fijamente. En comprender la vida en un riff, en que entre coro y coro cupiese nuestra historia de amor. Cuanta candidez en aquellos chicos de pelos revueltos, de imperdibles, de chupas de cuero. Que suerte tuvieron algunos. Los otros caminan por las páginas de Yo fui Johnny Thunders.


* Por favor, matame. La historia oral del Punk. (Legs McNeil & Gillian McCain. Ed Celeste)

jueves, 9 de octubre de 2014

Fate

Sirva este párrafo como declaración de principios, como vuelta al ruedo. (Leída de nuevo La parte de Fate es Magistral) 

"Yo lo que digo es que hay que leer libros. El pastor sabe que lo que digo es la verdad. Lean libros de autores negros. Y de autoras negras. Pero no se queden ahí. Ésa es mi aportación de esta noche. Cuando uno lee jamás pierde el tiempo. Yo en la cárcel leía. Allí me puse a leer. Mucho. Devoraba los libros como si fueran costillas de cerdo picantes. En las cárceles la luz se apaga muy pronto. Uno se mete en su cama y escucha ruido. Pasos. Gritos. Como si la cárcel en lugar de estar en California estuviera en el interior del planeta Mercurio, que es el planeta más cercano al sol. Sientes frío y calor al mismo tiempo y ésa es la señal más clara de que te sientes solo o estás enfermo. Uno intenta, por descontado, pensar en otras cosas, en cosas bonitas, pero no siempre. A veces, algún vigilante instalado en la garita interior enciende una lámpara y un rayo de luz de esa lámpara roza los barrotes de tu celda. A mi me ocurrió infinidad de veces. La luz de una lámpara mal colocada o los fluorescentes de la galería superior o de la galería vecina. Entonces cogía mi libro y lo aproximaba a la luz y me ponía a leer. Con dificultad, pues las letras y los párrafos parecían enloquecidos o atemorizados por esa atmósfera mercurial y subterránea. Pero igual leía y leía, a veces con una rapidez desconcertante hasta para mí mismo y a veces con gran lentitud, como si cada frase o palabra fuera un manjar para todo mi cuerpo, no solamente para mi cerebro. Y así me podía estar horas, sin importarme el sueño o el hecho incontestable de que estaba preso por haberme preocupado por mis hermanos, a la mayoría de los cuales les importaba un pimiento el que yo me pudriera o no. Yo sabía que estaba haciendo útil. Eso era lo importante" 

La parte de Fate 
2666
Roberto Bolaño

lunes, 4 de agosto de 2014

Parque

Escena uno

Una mujer, vestida a la manera tradicional africana, levanta los brazos y los deja caer violentamente. Mientras los brazos caen, ella va abriendo más y más los ojos. Un instante antes de que los brazos caigan del todo, ella cierra los ojos, para abrirlos aún más. A escasos centímetros dos mujeres, también vestidas con colores chillones y estampados geométricos, están muy atentas a la explicación. Me acerco intrigado. La mujer dice en un inglés tallado de manera rústica, they blow it, they blow it. Miro a donde ella nos señala. Hay un solar gigantesco, un hueco inmenso, una verja llena de flores, unas fotos, mensajes escritos a manos. Una vez han comprendido, las mujeres se paran, sonríen, son fotografiadas. Un marco incomparable, pensará alguno. 

 Escena uno (doce años después) 

Abro mi cuenta de twitter. Niños descuartizados mientras se refugiaban en escuelas. Perros, algún caballo también, maltratados, famélicos, llevados hasta la muerte. Ladrones brasileños ajusticiados por sus víctimas. Niños asesinados por sus padres. Mujeres asesinadas por sus parejas. Niñas violadas, luego repudiadas por su familia y finalmente ahorcadas. Terremotos en China. Aviones que explotan. Trozos de cuerpos. Veo todo por encima. Lo cierro y abro el Marca. 

Escena uno (un libro, en cualquier momento)

Le Park no es más que un delirio. Le Park es un Parque. El Entretenimiento lo es todo. Diversión. Experiencias. Le Park sucede a diario. Una feria de Maravillas (¿?) Le Park es un reportaje periodístico. Le Park es una Maravilla. Un Locus Solus 2.0. Un Jurassic Park humano. Es la isla que no es isla (no olvide que no somos islas!) Le Park. Le Park. Le Park. 


martes, 24 de junio de 2014

Sputnik mi amor

Sputnik Monroe destaco en el mundo de la Lucha Libre por su carácter marrullero, algo mezquino, y su excesiva arrogancia. De rasgos disuasorios, fuertes y angulosas cejas, tenía el mechón frontal de su cabellera teñido de rubio platino, lo cual lo hacía aún más amenazante, dotándolo de un aire de cierta villanía cinematográfica. Odiado y amado sin concesiones, aprovecho su popularidad para exigir a los promotores que eliminarán la segregación entre el público aficionado a la lucha libre. Tal era su Simpatía por las Negritudes que llego a ser conocido como el General de la armada de los negros. Tenía tanto tirón entre los aficionados que no tuvieron más remedio que ceder. Así el Ellis Auditorium de Memphis se convirtió en uno de las primeras Arenas integradas de los estados del sur. Como no podía ser de otra manera Sputnik Monroe es honrado y tiene su propia vitrina en el Memphis Rock 'n Soul Museum. 


jueves, 19 de junio de 2014

Vueltas y vueltas

En la categoría de libros desconcertantes, extraños artefactos que activan resortes ocultos en nuestra memoria, percutores de pesadillas frías y sin despertar, tenemos hoy a Historias del Arcoíris de William T. Vollman (Editorial Pálido Fuego; traducción de José Luis Amores). Paseen y lean:

"Había algo particularmente horrible en la tensión de los envoltorios de las cabezas; los cadáveres no podían respirar. Era khotub, el período entre la medianoche y el amanecer. Miré con una anticipación enfermiza mientras el médico levantaba la cabeza envuelta y comenzaba a desenrollar el vendaje (sobre el cual se paseaba una mosca). Vuelta y vuelta, vuelta y vuelta; y gradualmente la forma del rostro se fue haciendo discernible. Quizá quedara sólo una capa más, o quizá fueran tres. Ahora podía distinguir los contornos presionados de la nariz y las concavidades de los ojos. Un mechón de pelo como hierba gris sobresalió del extremo del vendaje. Vuelta y vuelta, vuelta y vuelta; recé para que el vendaje húmedo no se hubiera quedado pegado a la piel del rostro muerto. El olor me hizo dar un paso atrás. Por fin quedo la cara al descubierto. Tenía un color gris amarillento y estaba arrugada, con una tonalidad parecida a la de los ahogados. Los párpados eran bulbos llenos de fluido. Aquello había sido un hombre de sesenta y tantos años. ¡Muerto! ¡Muerto! Deberían haberlo llevado a que se pudriera en su tumba. El formaldehido lo había mantenido durante dos años. Le salía por los ojos como si fueran lágrimas." 


Del arcoíris solo vemos la mitad que surca el cielo. Pero existe otra parte, dicen que inmensa, como si se tratase de un iceberg, que se hunde en el asfalto, que busca las profundidades. Otra mitad que, perdida, busca salir de nuevo a la superficie, que atraviesa las ciudades, que no es curva, que no sería bandera de ninguna causa. Este arcoíris, esta mitad (aunque no es la mitad, aunque no es arcoíris) no es luz blanca descompuesta, no es un efecto óptico; tal vez, pero esto ya es especular, sea la descomposición de los recovecos oscuros de nuestro ser. Un arcoíris que Vollmann persigue aún a sabiendas de que no encontrará ninguna olla con oro al final. 

martes, 10 de junio de 2014

Coro

Richie Ray y Bobbie Cruz estaban fascinados con el sonido de trompeta que les aportaba Doc Cheatham. Tanto así que no dudaron en incluir en el segundo volumen de Jala Jala, Boogaloo una canción en su honor. Mr Trumphet Man empieza casi de manera dylaniana, a lo Mr Tambourine Man, pidiendole que toque otra vez, que toque para ellos, la trompeta, para a continuación proclamar su admiración por él en un trotón y enérgico coro "we like/the way/he plays/the trumphet" a lo que Cheatham responde con un interpretación descomunal. 
La leyenda cuenta que esta era la canción, es más que era justo en el momento del coro, cuando el escritor colombiano Andrés Caicedo se suicido. Fue un 4 de marzo de 1977 y coincidió con el día que salió a la venta su única novela !Que viva la música!


sábado, 31 de mayo de 2014

Limbo

Fui a la presentación del Libro con la vaga esperanza de beber y comer algo de gañote. También por escuchar al autor de una novela que pasee orgulloso en mis días de universitario (libro perdido para mi biblioteca por obra y gracia de un amorío breve y mal entendido. Libro que se fue al Limbo). No hay rastro de canapés y mucho menos de priva. La librería esta a reventar y al parecer todos se conocen entre sí. Tercios de Mahou a dos cincuenta así que tengo para tres, calculo. Hay dos presentadores, el primero es gracioso y parece que se ha leído el libro, y el segundo solo sabe que admira mucho al autor y se le nota que no  ha leído el libro. 

Llegan las preguntas y nadie habla. Los presentadores acuden al rescate. Ya saben que preguntas fueron, de esas que ya llevaban la respuesta. Charlan un poco, ríen. Alguien hace la primera pregunta, cae la segunda, esto se anima. Una chica le pregunta por sus hábitos alimenticios. Yo voy por la segunda cerveza. La misma chica le pregunta como se le ocurrió, como nació en él la idea de ese libro, de escribirlo.

Entonces dice él, que bueno, que se encontraba en Guatemala presentando su anterior libro, que hay que ver lo raro que son los guatemaltecos, porque llaman a la capital diciéndole la City (pronuncia en inglés diciendo algo así como "la ciri") y lo hace todo el mundo; bueno pues estaba por la noche en mi habitación de hotel, cansando, agotado por la multitud de entrevistas, a lo que había que sumar el jetlag (vuelve a pronunciar en inglés) y que estaba comiendo techo, cansado y aburrido pero sin poder dormir; así que aburrido, abrí el cajón y encontré la Biblia y me puse a hojearla y me di cuenta de que en toda la Biblia no había alusión a ruidos o música y que claro, que hay estaba el germen de todo, lógicamente.

Me levante por la tercera cerveza sabiendo que no iba a volver a mi sitio. Antes de salir de la librería me mira el dueño. Ladeé la cabeza como diciéndole que quién coño es capaz de leerse la biblia entera en una noche de cansancio y jetlag; quién coño viaja a La City sin un libro que leer, sin un Ipad, un móvil; ¿qué Joven Escritor Abanderado de la Modernidad haría eso? Él ladeo la cabeza también, como si me hubiese robado el pensamiento.

Me fui hasta casa con mi litro de Mahou en el pecho pensando en todas las preguntas mentirosas que me hago, en todas las preguntas que ya llevan la respuesta. 

(y ese libro que se fue al Limbo y del que hable al comienzo ¿qué pasó con él? ¿dónde estará? ¿por qué lo nombro si no tiene importancia en el relato?)

lunes, 26 de mayo de 2014

Halloween

Hay líneas que actúan como espitas, detonando el pasado, que todos sabemos aguarda agazapado, latiendo suave, casi inaudible. Al pasado nunca lo dejamos atrás. Nos sigue de cerca, escondiéndose en nuevos besos, adelantándonos en raros sueños. Creemos que es un cuento a escribir, que lo vamos puliendo, quitamos una frase aquí, metemos un adjetivo allá, poco a poco, renglón a renglón. Tendrás una bonita historia para contar, nos dicen en el muelle de embarque. Envejecer no es más que perfeccionar la historia, tener un relato redondo, una historia sin fisuras, lisa y reluciente. Confiamos en que sea eso. 

¿Y si se trata de aprender a leer?

Rock Springs, editorial Anagrama, traducción Jesús Zulaika, 1990

¿Te acuerdas de cuando había gente que no sabía que era Halloween?

sábado, 24 de mayo de 2014

Paseando

La pantalla mostraba el espectáculo, el decorado cambiante, los extras miles. La banda sonora extraña, llena de ambiente, de diálogos cortados, cogidos al vuelo, palabras sueltas, picas que ayudaban a escalar, a entender. Un presupuesto inimaginable.
Imposible no sucumbir al embrujo, a la hipnótica coreografía que se desarrollaba, incesante y vital, a lo largo del trayecto. Salida de emergencia, leo un poco más arriba. El 27 busca la grande, la última, la de Plaza Castilla para poder girar en redondo e ir para abajo, atravesar todas las rotondas, los cruces, las fuentes y llegar hasta Embajadores y volver a empezar. 
Enamorarse al ritmo bamboleante, ver la ciudad, enamorarse con el ronroneo del motor, las caras, los comercios, la ciudad y su gente. El 27. Todo por un euro cincuenta, pienso con el ticket en la mano, con el libro abierto que no leeré: la ciudad no lo permite, te obliga a mirarla. 

Paseos con mi madre de Javier Pérez Andújar es una oda al extraradio, a lo marginal, a lo que no brilla en oropel. Llena de humor, de frases redondas que son un mundo en si mismas, que no admiten réplica. La Historia no es más que una sucesión de pequeñas historias, que mueren en el olvido, en los salones reducidos de esos minipisos infernales de las ciudad dormitorios. Calles que cambian de nombre. Nombres que cambian de significado. Ricos que son ricos de siempre. Pobres que nunca tuvieron un chance. Un libro breve en extensión y largo en ideas. Una declaración constante de principios. Un decir aquí estoy, así soy y así ha sido la historia nuestra. Una declaración constante de Amor. Una declaración de Odio constante. Un libro breve que es la bomba. 

"Los hombres desaparecen amontonados unos encima de otros y aparecen convertidos en calles, y luego las calles desaparecen también unas encima de otras, y se convierten en substrato o en arqueología. Hoy, las tres chimeneas de la térmica se han cerrado porque su trabajo ya no es necesario. Pero continúan siendo algo extraño que se ve desde lo lejos. Ahora el ayuntamiento de San Adrián no sabe bien qué hacer con ellas, si derribarlas o convertirlas en hoteles o museos. Convocó un referéndum para preguntar a los vecinos qué les parecía mejor, y no fue nadie a votar"

Paseos con mi madre
Javier Pérez Andújar

jueves, 22 de mayo de 2014

Miente, miente que es lo que les jode.

No somos más que una sucesión de mentiras. Mentiras que superponemos, con las que nos vestimos, con las que intentamos irnos lejos de aquél que somos. Mentiras oficiosas, mentiritas blancas. Ya sabes, mentir hasta que sea verdad. No somos nada, dicen. Mentiras somos y seremos, digo. Mentiras fuimos reza nuestro epitafio.

Hay gente muy tremendista. Oiga que mentir esta muy mal, gritan al unísono. Pesadez de gente. Los hay peores, también, los hay que se disgustan ante sus propias mentiras. Horrible la vida que tienen ¡Ser presos de la dicotomía entre la Verdad del Yo y la Mentira del Yo!  

Diferenciar entre el que somos y el que creemos ser, el que decimos y el que hacemos, el que somos en la profundidad del sueño y el que somos en el hipotecado atasco en el que vivimos. Y no hay otra, no puede haber más salida, al encontrar las siete diferencias debemos reírnos, reírnos y reírnos. 



"me puse a intentar escribir algo propio. Pronto descubrí que aunque se me consideraba un conversador ingenioso y divertido, talento muy admirado en los círculos sociales en los que me movía, en realidad no tenía nada que decir. Hasta mi talento como conversador era el de alguien capaz de responder a las ideas ajenas pero no de iniciar ideas propias. Parecía que me faltaban tanto el talento como el impulso creativos necesarios para ser escritor"

Karoo
Steve Tesich

martes, 20 de mayo de 2014

Apuntado

Hoy fui testigo de algo maravilloso

El tipo saco una carpeta naranja, dos rotuladores (uno verde y otro rosa), dos bolígrafos (uno rojo y otro azul), un portátil, un iphone y unas hojas anilladas por el lado más largo. Todo esto lo saco de una pequeña mochila. Cuando termino de sacarlo y colocarlo (me parecía que seguía un ritual, una configuración específica), saco de su bolsillo unos tapones para los oídos. 



Las hojas anilladas eran unos apuntes. Al estar unidas por el lado largo y de la manera que lo dispuso, me recordaban a un ordenador portátil. El tipo se puso a subrayar, utilizando el verde para los títulos (que venían en negrita ya) y el rosa para el texto. No leía y subrayaba, no. El tipo subrayaba directamente. Toda la hoja termino de color rosa (exceptuado pequeñas palabras perdidas y los títulos). Paso de página, como se hace con los calendarios de escritorio y siguió.

De la carpeta naranja saco una hoja en blanco (la carpeta estaba llena de hojas en blanco). Empezó a pasar a limpio lo subrayado, utilizando el bolígrafo rojo para lo subrayado en verde (y ya en negrita del original) y el azul para el texto (que era lo rosa) Lo hizo en el sentido habitual que se utilizan las hojas, es decir, escribiendo en perpendicular al lado más largo de la hoja. Paraba de vez en cuando para hacer estirar los dedos y mover la mano. 


Toda esa operación me tenía maravillado. El tipo alternaba bolígrafos, colores, anchos de página. Los tapones (naranja fluorescente) le daban la apariencia de un operario especializado o de un piloto de fórmula 1. Tenía algunas canas que lo hacían parecer más joven (canas que lo hacían parecer más joven!!!) y un look que yo califique de moderno. Me tenía embelesado, me costaba concentrarme en mi lectura y no paraba de echar miraditas hacia él. Un espectador distraído hubiese podido asegurar de mi devoción (alguno utilizaría la palabra Amor) por aquel hombre. 

Y por si fuera poco:

Encendió el ordenador (reviso rápidamente el facebook) y se puso a escribir lo que había escrito a mano, de lo subrayado de los apuntes anillados por el lado largo de la hoja. 

Una perfecta máquina de apuntes 

viernes, 16 de mayo de 2014

Brillo

El destino no dudo en triturar el metal, en doblarlo, en hacer estallar los cristales, hacerlos añicos. 
Giros en la noche en busca de la oscuridad, de la impenetrable oscuridad.
Un coche sin control.
El cristal que los protegía del viento, de la lluvia, dejo de hacerlo.
Los trozos que fueron al pavimento brillaban con cada cambio de semáforo.
Harían falta los gráficos, las ecuaciones, que explicasen por que unos fueron al suelo, otros a la cara.
No hay cicatriz que confirme lo que se cuenta. 
La cara, el pómulo, el párpado, los veo perfectos, lisos. 
Los cristales vuelven al paño donde los guarda cuando termina de contarlo todo.
Descansan por fin del brillo.
Duermen en la insoldable oscuridad. 

jueves, 8 de mayo de 2014

Carnicero

El gremio de carniceros protesto enérgicamente contra lo que ellos consideraban "una identificación negativa del colectivo por parte de los medios generalistas*". También es cierto que, por mucho que protestaran, el tipo lo mato a cuchilladas y que se dedicaba a destazar puercos y vacas en el matadero municipal. Ah! es que era carnicero, dijeron todos en el pueblo, como si aquello explicase a modo de analisis del CSI la furia, el ángulo de entrada, la sangre a borbotones, las trayectorias mortales de necesidad.

Que sepamos nadie protesto, ni enérgicamente ni de manera pausada, por la posible vinculación del gremio de los productores de cine y televisión con oscuras tramas de chantaje mediante grabaciones audiovisuales que dejaban al descubierto homosexualidades latentes, dobles vidas y que exigían dinero y más dinero a pobres infelices que trabajaban como carniceros. 

En el pueblo que todo se sabe, se oyó decir que que raro, que era buen esposo, buen padre, buen carnicero. Que todo era muy extraño, pero a saber lo que hay detrás de cada puerta. También alguno dijo que por mucho chantaje que le hicieran, catorce puñaladas eran muchas. Y que claro, que quien lo manda a hacer vídeos de esos, que algo se debió tomar. Si es que era buen muchacho, buen esposo, buen carnicero decían y decían. 

*La prensa deportiva siempre se ha mostrado muy beligerante con el gremio Carnicero denominando así a todo tipo de violentos defensas, patilludos centrocampistas y toscos delanteros.

jueves, 1 de mayo de 2014

Filadelfia. Una Historia.

El problema fue que Will se puso a vender crack en una zona prohibida. Ni siquiera valía un par de balazos, así que lo apuñalaron. Su cuerpo es transportado por Caronte (representado por un taxista) pero en vez de llevarlo al infierno, Jeff Pollack (escritor y productor de la serie) decide hacer una curiosa mezcla y lo transporta a una especie de purgatorio, donde Will deberá superar diversas pruebas para entrar en el cielo que es Bel Air. 

Los cinco jinetes del Apocalipsis, segundos antes de apuñalar a Will

Su tío será el encargado de determinar el futuro eterno de Will. A lo largo de los episodios aparecerán los diversos Pecados Capitales (normalmente representados por mujeres lo que le valió a la serie feroces críticas desde el feminismo más reaccionario) los cuales Will deberá evitar si quiere recibir la aprobación de Phil. 
Son especialmente lacrimógenos los capítulos en los que la madre de Will lo visita, ya que siempre coincide con fechas importantes (cumpleaños, navidad) en donde se cree que la madre mantiene un vínculo astral con su hijo. Suelen ser capítulos emotivos y con mucha miga.
La serie originalmente terminaba con Will en Filadelfia. Dando cabida a una posible resurrección. La sociedad americana no estaba preparada para un final así. Existe abundante información y muy accesible en Internet. Especialmente recomendable el documental Black Jesus: Not in my country, acerca de la rotunda negativa por parte de gran parte de la población americana a tener un nuevo mesías negro afroamericano (aunque curiosamente ese año Bill Cosby fue escogido por la revista Time como el americano favorito para ir a tomar un café).


Afortunadamente antes de perder el control creativo de la serie a manos de la cadena, Jeff Pollack, nos había dejado muchas pistas
- Will nunca más utiliza un taxi 
- Los tres hermanos que habitan equivalen a los tres ángeles de la tradición cristiana (Miguel, Rafael y Gabriel). El cuarto y tardío niño era el anti-cristo.  
- Los dolores de cabeza del tío Phill no eran más que una representación de la crucifixión boca abajo de San Pedro  
- Jazz es el Mal Absoluto o la representación del Dinero. Por eso es expulsado del templo constantemente. El seguidor atento de la serie sabe además que Banks (Bancos) es el apellido de la familia. 
- Jeffrey (el mayordomo: el trabajo) es el castigo que reciben los infieles (es sabido el odio visceral de Pollack a los ingleses)

Al final la serie desvarió mucho y se volvió una locura indescifrable.

lunes, 28 de abril de 2014

Habemus Papam

Una constante al abrir sus libros


Sus libros son grandes explosiones de ideas que pueden llegar a abrumar, aturdir y atontar a un lector como yo. Universo expansivo que se alimenta de libros no escritos y de libros ya escritos pero que son aumentados. Avance imparable. Blitzkrieg Continuado. Discos edición coleccionista, llenos de bonus tracks, versiones alternativas. Legos Literarios. Ficciones Mutantes que crecen y crecen en áreas 51's. 
Por suerte Fresán no es el único que puede aumentar y corregir. Siempre podemos volver a su lectura. En condición de mejor lector, un lector aumentado, un lector corregido.



"No está siendo sencillo este cónclave, no hay candidatos claros, son todos demasiados viejos y abundan los rumores catastróficos. Un novicio le comentó hace unas horas al Cazador de Santos que días atrás se había elegido a Mariano Magdaleno Mantra, un cardenal criado en las filas de los Legionarios de Cristo, hijo de un extinta y poderosa familia del apocalíptico D.F. pero algo extraño había sucedido, el éxtasis del nombramiento papal le había hecho perder la razón y ahí mismo, en la Capilla Sixtina, proclamo que su primera medida sería mudar la Santa Sede a Venecia - "esta que camina sobre las aguas" precisó-; y que, al ser interrogado con el nombre con el que se autobautizaría como nuevo Sumo Pontífice, su pública personalidad secreta de sacro superhéroe, Mantra respondió con una sonrisa beatífica: Jesús II. El novicio agregó que alguien le había contado a alguien que, entonces, los cardenales comprendieron que la elección no era buena y que de inmediato mataron a golpes y patadas al mexicano. Puede ser. Quién sabe. La historia de la Iglesia esta llena de historias así. Amén." 

Vidas de santos
Rodrigo Fresán

viernes, 25 de abril de 2014

Fargo

Una de las pocas cosas buenas (tal vez la única) de la muerte de Gandolfini fue la de erradicar la idea de una posible película que finalizara Los Soprano. ¿Cómo meter cientos de horas, tramas y personajes en un película? Al fin de cuentas una película no es más que un capítulo largo. Y los fans queremos temporadas enteras, maratones catódicas, morir de sobredosis. 


Otra cosa muy distinta es el camino contrario. Películas que querían reventar el corse del metraje, del cubo de palomitas. Universos apenas explorados de los cuales solo sabemos que queremos conocer más, enviar sondas, misiones tripuladas. Algunas por excesivas: Gans of New York necesitaría cientos de horas para situar a los personajes (y sobretodo a los televidentes) adecuadamente. Otras por mínimas: Fargo.

En medio de la nada puede suceder de todo. Un pueblo sepultado por toneladas de nieve. Donde lo anodino es norma y la vida es solo un trámite entre hipoteca y jubilación. Dicen que lo Universal no es más que la Esencia de lo Particular. Al fin de cuentas todos somos iguales ¿no? estamos sometidos a las mismas pasiones, los mismos miedos, las mismas alegrías. 


¿Hasta dónde se puede expandir La Historia Basada en Hechos Reales situada en Minesota en 1996? ¿Por qué si las dos historias son ciertas no son iguales? 

Tiene una pinta bárbara (tras haber visto los dos primeros capítulos) y un reparto exagerado. Sólo nos queda saber hasta donde se puede Aumentar y Corregir la Realidad...

miércoles, 23 de abril de 2014

La Clave

En un día como hoy, día destacado, en el que el Noble Arte de regalar libros (siempre queriendo agradar, siempre queriendo influir, siempre queriendo infectar) toma especial protagonismo, me gustaría traer unas palabras de José Emilio Pacheco


"Lo compré hace más de 15 años. Pospuse la lectura para un momento que no llego jamás. Moriré sin haberlo leído. Y en sus páginas estaba el secreto, la clave" 

Libros que permanecerán intonsos, ajenos a la alegría que quisimos compartir. Amarillearan sus ideas con el peso del polvo. Y sin embargo esperaran tranquilos, ellos tienen la eternidad. 

domingo, 20 de abril de 2014

Americano

Existe un punto, pequeño y difuso, un puntito, en donde ya no se puede mirar atrás. El horizonte ha desaparecido del retrovisor. Las nubes se han movido de sitio. Comprobamos todo aquello que nos contaron sobre la Redondez de la Tierra y lo de No Bañarse dos veces en el Mismo Río* es cierto. Nos hallamos ante una nueva perspectiva en donde la X y la Y tienen unos valores distintos y las ecuaciones aprendidas en la escuela se vacían de sentido. Un nuevo escenario, una nueva tramoya. En definitiva un nuevo Yo, un narrador distinto. 



The Americans ha ido cediendo espacio a la trepidante acción que cualquier serie de espías exige (encuentros debajo del puente, bigotes falsos, sexo interrogador, inyecciones de Polonio, agentes dobles, agentes triples, burocracia mastodóntica, engaños y desengaños) para ubicarse en un terreno mucho más fértil para la trama. Nuestros protagonistas se ven en algo más que disparar y correr, en copiar y matar. Estos espías no son más que burdos peleles zarandeados por el Tío Tom o la Madre Rusia. En su humanidad no son ajenos al deber, al amor, a la familia, a la patria: pulsiones que zarandean a nuestros agentes, a sus matrimonios, a sus amoríos. Y nosotros en primera fila.  

Decimos SI. O mejor Da.

*Bien apunta Monterroso a la posibilidad de un rápido jinete que sea capaz de bañarse exactamente en la misma agua del río. Teoría graciosa pero disparatada según ha demostrado el estudio Desalius sobre el agua y los cauces pantanosos de la memoria (editorial Corpore Sano, Palma 1987) 

miércoles, 16 de abril de 2014

Casi Noventa

Al acabarse el año 2013 empecé a añorar el año 1989. 
No fue instantáneo, no, no me llego con la última uva, ni en mitad del beso atropellado con sabor a cava que nos dimos con las campanadas de fondo. Me fue llegando de a poquitos, como un leve rumor de marea que deja su huella en la arena, espuma que marca las rocas, incansable, una y otra vez, bajo la azulada inmensidad del cielo, bajo la oscuridad iluminada de la noche. 
Empecé a sentir la presencia de esos recuerdos (¿o eran invenciones mías?) cada vez más, con mayor intensidad. De día creía ver señales en cualquier sitio, en un corte de pelo, en una canción; y de noche la cama se llenaba de saltos temporales. Cuando por fin cerraba los ojos (escuchaba el crujido, de hojas que se quiebran al ser pisadas, al bajar los párpados) volvía al ochenta y nueve, onírico y extraño; pero real, como esos sueños donde nadas y al despertar estás empapado de orina. 
¿Cómo puede añorarse algo de lo que no se tiene recuerdo? ¿Cómo puedes extrañar lo que nunca fue habitual? Me preguntaba yo, con ese toque de melodrama, de telenovela que tanto te gusta de mí. ¿Cómo puedo estar en 1989? Y tú me decías que no, que por ejemplo el mundial del 90 ya había pasado, que Alemania lo gano. Y yo abría los ojos y decía que siempre están los mismos jugando las finales. Y seguías leyendo la información que venía en la wikipedia. Y yo te escuchaba atento. Y tú te reías con la fuerza de la inconsciencia. Y yo me sabía bajando descontrolado por la colina, sin posibilidad de aferrarme a una roca, a una rama, para evitar la caída. 

Casi Noventa
Huber Moisa

lunes, 14 de abril de 2014

Salinger

El escritor Marco Antonio Palacios nos daba las claves del éxito en la literatura. Y nos hablaba claramente de los beneficios (esa columna de opinión semanal, esa columna como gran reconocimiento, como Fin Máximo). Desafortunadamente el señor Salinger ya era mayorcito para haberle hecho caso. 


Salinger, Salinger, Salinger. El ermitaño del bunker. El cascarrabias del paraguas. El Bartleby. El joven prodigioso que escribió El guardián entre el Centeno en medio de la guerra. El amante de las jovencitas. El Peter Pan putero. El padre nefasto. El hijo de puta que no siguió publicando a pesar de que todos los necesitamos.  
Mucha luz aporta el documental SALINGER 
Salinger

*Aquellos que escriben la historia están condenados a no vivir la suya* (Huber Moisa) 

viernes, 4 de abril de 2014

Simonal

A veces los muertos llegan a serlo por si mismos, pues la gente se muere, y otras veces nos toca poner al muerto, pues a la gente la matamos. Sirven estos cadáveres para expiar nuestras culpas, para henchirnos ante nuestra propia grandeza, para ser parte de la Historia, para confirmarnos en nuestras sospechas: somos los parte de algo grande, de algo bueno. Ilusos de nosotros al querer ser parte de un Momento Estelar de la Humanidad. 

Ante el muerto que se muere solito no nos queda más que decir que era el mejor y que nosotros somos los mejores al reconocer su gran valía. Engordamos nuestro Ego con aire de cierto aroma dulzón, que es el que desprenden los muertos antes de pudrirse. Sus efectos son solo imaginarios, como la anorexia. Se entona un yo-estuve-ahí que viene a ser rematado con un selfie a los pies del ataúd (Para más información véase el estudio Favores a la patria desde el Féretro de P. Sánchez) 


Ante el muerto que matamos entre todos no nos queda decir que era lo mejor y que nosotros somos los mejores al matarlo. Limpiamos nuestra conciencia señalando. Dedos que tras acusar nos sirven para peinarnos, para vernos guapos. Respiramos aliviados, exhalando un aire de cierto aroma dulzón, tras la faena realizada. La turba nos da impunidad y la turba nos alienta a seguir, como una hidra mitológica de mil cabezas. (Para más información véase la Historia de Wilson Simonal* de Valdemar Henriques) 

Original de Jorge Ben y llevada hasta el Olimpo por el amigo Simonal

*Al estar descatalogada nos permitimos un breve resumen: Cantante más popular de Brasil en los años 60; ídolo televisivo; estafado por su representante; recurre al oscuro Departamento de Orden Politico y Social DOPS; su representante bajo tortura confiesa el robo; Simonal esta presente; días después el inspector Borges lo acusa sin pruebas de ser informante para el DOPS; su suerte esta echada; ostracismo; ruptura de contratos; alcoholismo; muerte. Brasil aliviada. Los generales podían seguir en el poder. Seguían siendo tricampeones mundiales. 

lunes, 31 de marzo de 2014

Compás

Cuando lo conocí ya había dejado el mundo del espectáculo. Ahora se dedicaba, según él, a ser relaciones públicas de la discoteca y según la policía al tráfico al por menor de cocaína y proxenetismo. Cuando le pregunte por las chicas me dijo que eran amigas de cuando hacía el espectáculo y que él no era su chulo, que solo era un amigo que las cuidaba "de tanto hijueputa que hay suelto".
En el espectáculo Jairo golpeaba con minuciosa técnica e increíble swing las nalgas de tres mujeres hasta hacerlas llegar al orgasmo. Empezaba con ritmos sencillos, me contó, un dos por cuatro y cosas así y luego ya le daba candela parecía Cándido Camero, remataba risueño. Cobraba cinco mil pesetas por un show que no llegaba a los veinte minutos. Hacía tres pases por noche en fin de semana. 
Jairo o Yair como le decían algunos, una noche ya no volvió a la discoteca. Dicen que esta tirado en un descampado después de Rivas con dos disparados en la nuca. La última anotación que tengo de conversaciones con él es "el problema con las mulatas es que no sabes como va la cosa, en cambio con una blanquita vas viendo la rojez, el cardenal que asoma, y eso te anima, te guía, te marca el compás"


"Bueno, se lo recomiendo. Al principio el sonido, el sonido de las palmadas, como que no sabe muy bien, te desconcentra, es algo como demasiado crudo en un plato donde las cosas son más bien cocidas, pero luego como que se acopla a lo que estás haciendo, y los gemidos de ella, los de María, también se acoplan, cada golpe produce un gemido, y eso va in crescendo, y llega un momento en que sientes sus nalgas ardiendo, y las palmas de tus manos también arden, y la verga te empieza a latir como si fuera un corazón, plonc plonc plonc..."

Los detectives salvajes
Roberto Bolaño

miércoles, 26 de marzo de 2014

Perdiditos

A raíz de los acontecimientos relacionados con el vuelo 815 de Oceanic Airlines y la implatación del protocolo de actuación ISO-9005, las nuevas mesas de radar XZ-01 y la geolocalización por radar se creía superado un problema tan sencillo como el perder un avión. Pero se pierden.
En plena fiebre tecnológica, justo antes de que los autos de The Jetsons se empezarán a comercializar, e inspirados con seguridad en el buen resultado que el chip perruno había arrojado a comienzos del siglo, miles de humanos se lanzaron a implantarse plaquitas de silicio con una única finalidad: no perderse. Pero se perdieron.


La reconstrucción del Pasado (territorio mítico, indetectable, isla en movimiento) es un ejercicio de Fe no muy lejano a pedirle abundancia de dinero a San Pancracio. De un gris espeso, el pasado no solo se mueve si no que se compone de una mezcla brumosa de sentimientos y negación del horrible Yo que fuimos, impenetrable a ojos del que recuerda. Necesitamos de un ojo ajeno, un satélite que haya girado en torno a nosotros, un gps sentimental. Y así y todo: a saber.


¿Puedo contarle mi vida? No. Tengo que pedirle a ella que me la cuente, mi vida, mi vida. 

El alma del controlador aéreo 
Justo Navarro

martes, 25 de marzo de 2014

Rectificar

La absoluta contundencia gris del suelo se aproximaba a mi cara cuando tuve la certeza de que el tiempo pasa sin nosotros. Aquella bofetada fue dolorosa. No descubro el agua tibia con estas declaraciones, no abro nuevos planteamientos teóricos, solo constato una realidad que por obvia parece sencilla: no somos necesarios para que el mundo gire. 
Me caí y me di contra el suelo. Fue en Bogotá en mi primera visita tras varios años sin ir. Algunos me dijeron que no era nada más que mal de altura, que me había acostumbrado a vivir a ras del mar, que como se me ocurría ponerme a subir cerros y montañas. Dije que si, que si a todo. No era cuestión de discutir con el orgullo y la cara, fue un guacalazo importante, heridos. 



El argumento de Rectify es sencillo (y muy potente), tras diecinueve años en el corredor de la muerte* Daniel consigue la libertad. Una libertad provisional: su inocencia no esta demostrada. 
El universo inalterable, estático y pétreo de Daniel, esa celda/hogar durante diecinueve años muta en el colorido, excitante y veloz mundo moderno. La seguridad de las conversaciones carcelarias se contrapone con las emociones del mundo exterior, por la vulnerabilidad del amor familiar. El estático orden establecido de normas y conductas deja paso a las envidias, a las pequeñas emociones (entrar en una librería; jugar a la Sega; montar en bicicleta), a la imposibilidad de recuperar eso que llamamos tiempo. Culpa, perdón, inocencia, culpabilidad, pueblo pequeño, infierno grande. Todo lento, cadencioso, como una balada que permite el bailar cerca, respirando en el cuello, agarrando por la cintura. 
Todo filmado con un gusto impecable donde la pausa es norma, la quietud no anticipa un aceleron, no hay tempestad anunciada por la calma. Fantásticos seis capítulos que se hacen cortos (y eso que no hay prisa, repetimos: la pausa abunda!). Afortunadamente Sundance Channel ya ha confirmado una segunda temporada con diez episodios. 



*Trabajando en Madrid para una conocida franquicia de restaurantes tuve que atender a Joaquín José Martínez. Un personaje que se había hecho famoso por ser el primer europeo en salir del Corredor de la Muerte. No pude menos que sentirme extraño al preguntarle como de hecha quería la carne de la hamburguesa. 

lunes, 24 de marzo de 2014

Aritmética

Ahora, las matemáticas. El conflicto con la URSS duró desde el 22 de junio de 1941 a las tres de la mañana hasta, de forma oficial, el 8 de mayo de 1945 a las 23:01, lo que nos da tres años, diez meses, dieciséis días, veinte horas y un minuto; es decir, redondeando, 46,5 meses, 202,42 semanas, 1.417 días, 34.004 horas o 2.040.241 minutos (contando el minuto de propina). En cuanto al programa llamado la "Solución Final", nos quedaremos con las mismas fechas; anteriormente no había aún nada decidido ni sistematizado y las bajas judías fueron fortuitas. Relacionemos estas dos series de cifras: los alemanes tuvieron 64.516 muertos mensuales, es decir, 14.821 muertos semanales, es decir, 1,47 muertos cada minuto; se trata de la media para todos los minutos de todas las horas de todos los días de todas las semanas de todos los meses de todos los años, durante tres años, diez meses, dieciséis días, veinte horas y un minuto. A los judíos les salen, incluyendo los judíos soviéticos, alrededor de 109.677 muertos mensuales, es decir, 25.195 muertos semanales, es decir, 3.599 muertos diarios, es decir 150 muertos cada hora, es decir, 2,5 muertos cada minutos en un período idéntico. Por parte soviética, en fin, tenemos unos 430.108 muertos mensuales, es decir, 98.804 muertos semanales, 14.114 muertos diarios , 588 muertos cada hora, o bien, 9.8 muertos cada minuto en un período idéntico. Es decir, en cuanto al total global en mi campo de actividad, unas medias de 572.000 muertos mensuales, 121.410 muertos semanales, 18.772 muertos diarios, 782 muertos cada hora y 13.04 muertos cada minuto, todos los minutos de todas las horas de todos los días de todas las semanas de todos los meses de todos los años del período contemplado; es decir, recordémoslo, tres años, dieciséis meses, veinte horas y un minuto. Que quienes se hayan burlado de ese minuto de propina, un tanto pedante, cierto es, piensen que no deja de ser una media de 13,04 muertos más, y que se imaginen, si pueden, a 13 personas de su entorno muertas en un minuto. 

Las benévolas
Jonathan Littell 

viernes, 14 de marzo de 2014

Diamante

El primer recuerdo que tengo de Diomedes Díaz es una noticia: se había puesto un diamante en el diente. A mí, que debía andar por los ocho años, me pareció una solución magnífica, no habría trozo de carne dura nunca más, no habría chicharrón que resistiese una tarascada diamantina, pensé imaginando un humano de nueva generación, una super raza de dientes cristalinos. La limpieza ya sería otro cantar, los restos de comida se notarían más y necesitaría pasarse un paño para secarlo bien. De todas estas elucubraciones me saco la burda realidad, aquel diamante no era más que adorno, algo puramente ornamental, un gesto vanidoso de un cantante que empezaba a enloquecer. 


En la eterna parranda (sensacional título!) encontramos en uno de sus apartados la estrambótica  y alucinada vida, el auge y caída, de Diomedes Diaz (sensacional nombre!) de la mano de Alberto Salcedo Ramos. Un "asomarse al lado salvaje" estas crónicas, palabrita de Pesquisas. 

martes, 11 de marzo de 2014

Tan Nada (o El Once)

Me había despertado con ganas de hablar del partido, de la victoria, del gol, del once fabuloso que alineábamos. Pero no pude, me fui quedando mudo. 

El metro estaba casi vacío. Yo miraba el periódico una y otra vez, a ver si habían cambiado las noticias, pero seguían impresas las mismas. Pensé que no era jueves que era domingo, que me había quedado dormido tres días, que no podía ser, que como así, que qué era esto. 

Los pocos que deambulábamos por la facultad preferíamos no buscar los ojos de los demás. Mirábamos el gris de las paredes para tranquilizarnos. Ese gris carcelario tan calmante, tan nada, tan perfecto para anularte. Hermoso gris, signo de los tiempos.

Alguien empezó a decir que había que ir a la plaza, a una concentración, a un minuto de silencio. Fui y me encontré con el primo de un amigo. Nos alegramos de vernos. Al terminar el minuto, no fue un minuto: fueron horas, nos fuimos a dar otra vuelta por si veíamos a alguien. 

Fuimos al metro. Ese metro ruidoso, esa línea sin modernizar. Nos despedimos moviendo la cabeza. El ruido iba y venía, cada tres minutos en hora punta. Volví pensando que el Once ya no sería el once fabuloso, que me habían, que nos habían jodido el once para siempre. 

En el camino supe que era mi Casa. 
Que el Ruido siempre volvería.
Que la Nada ocupa mucho lugar.


viernes, 7 de marzo de 2014

Primigenio

"Ya del título del libro de Attendu se desprende su tesis, es decir, que cada una de sus funciones y actividades no necesarias para la vida vegetativa, el cerebro es una fuente de problemas. Durante siglos, la opinión habitual ha considerado que la idiotez es un síntoma de degeneración del hombre; Attendu le da la vuelta al prejuicio secular y afirma que el idiota no es más que el prototipo humano primitivo, del cual sólo somos la versión corrompida, y por tanto sujeta a trastornos a pasiones y a vicios contra natura, que no afectan, sin embargo al auténtico cretino, al puro.
En su libro, el psiquiatra francés describe o propone el original Edén poblado de imbéciles: perezosos, torpes, con los ojos porcinos, mejillas amarillentas, labios abultados, lengua salida, voz baja y ronca, oído débil, el sexo irrelevante. Con expresión clásica, les llama les enfants du bon Dieu. Sus descendientes, impropiamente llamados hombres, tienden a alejarse cada vez más del modelo platónico o imbécil primigenio, impulsados hacia los dementes abismos del lenguaje, de la moral, del trabajo y del arte. De vez en cuando, se le concede a una madre afortunada parir un idiota, imagen nostálgica de la creación primera, en cuyo rostro aún , por una vez se refleja Dios"

La sinagoga de los iconoclastas
J. Rodolfo Wilcock

miércoles, 5 de marzo de 2014

Móvil

Seguía sonando la alarma todas las mañanas a eso de las seis. Estaba apagado y seguía sonando, así como lo leen. Yo andaba loco y zombi, tratando de apagarlo, la habitación a oscuras y las pestañas pesadísimas. Pero si estaba apagado, le decía yo a ella. Y ella que girando, hundiéndose en la almohada me decía que no, que si, que apagara el móvil, que no jodiera desde tan temprano, que hay que ver.

El móvil no era mío, ni de ella. Fue un préstamo que le hizo un amiga. Ella lo uso poco más que una semana y entro al cajón para no salir nunca más: no se lo pudo devolver. Se dijeron perra y puta, se cancelaron en las redes sociales y se dedicaron a hablar mal la una de la otra durante algún tiempo. La otra se quedo con unas rayban, así que esta claro quien salió ganando.

A mí ya me costaba volverme a dormir. Me ponía a pensar en lo raro que era lo del teléfono y un segundo después ya estaba en 1989 o en Bogotá o en Madrid. Eso que llaman memoria. O recuerdos. O invenciones. A saber, yo lo que tenía era sueño. Pero poco podía hacer, no sabía ni el pin, ni el puk, ni nada de nada. Además, ya se los dije: el móvil, el puto móvil, estaba apagado.

viernes, 28 de febrero de 2014

Real(idad)

Pues resulta que no, que True Detective no trata de detectives o asesinatos. Los hay. Pero no, no va de eso. Tampoco trata de

- La América profunda, la del Cinturón Bíblico, la pantanosa y húmeda.
- La White Trash, perdida en Cristal que no refleja más que su final.
- Asesinos Tatuados, diablos metafísicos que controlan fórmulas secretas.
- Prostitutas Redimidas, ángeles carnales con mayor capacidad de destrucción que la bomba H.
- Relaciones Personales, que nacen y claro: se van a la mierda, enfangandolo todo.
- Predicadores Etílicos, derrotados en su segundo renacer.
- Poder Corrupto, de hombres canosos que se abanican en porches.
- Del Bien (o del Mal), del paganismo o del catolicismo, de arrollidarse o de hacer que se arrodillen.
- De la Música, insana compañía de atardeceres del fin del mundo.

No, de nada de eso.


True Detective es un ejercicio mayúsculo de narración. De historia contadas y recontadas. De mentiras que no afectan a la verdad. De La Historia, de como se nos cuenta, de que poco sabemos, de porque no tenemos que confiar, de las aristas que proyectan sombra. 
La grandeza de True Detective no radica en que, aún queriendo saber quien es el asesino, lo que realmente queremos saber es quienes son los que los investigadores. Nos interesa Hanibal Lecter pero lo que queremos saber realmente es quién coño es Clarice Starling.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Y Volver

Si por ejemplo estoy en una conversación y sale el tema del post-rock pues me toca callarme (también sería muy interesante saber como llegué a una conversación así) Salen nombres de grupos significativos. Sigo callado. Alguien lo dice: Mogwai. Sopeso mis oportunidades de meter baza: poco, muy poco, o mejor casi nada o nada, es lo que sé. Escoceses como el golf o el whisky. Hacen de esa música que han dado por llamar post-rock. Me arriesgo 
- Mogwai, digo.
- Escoceses, no? pregunto
- Si, me confirman
- Hacen la música de Les Revenants la serie franc...
- Claro, me responden como si me dijesen: obvio con una o inicial que dura tres segundos.
Me quedo con ganas de decirles: putos atorrantes de los cojones: sabelotodo de mierda: meteros vuestras series y vuestro post-rock y vuestra melancolía y vuestra puta miserable vida por donde os quepa. Me voy indignado (imagino que girando la cabeza con fuerza, tirandome la bufanda al cuello con un ágil movimiento de mano (una bofetadita), sin decir ni adiós ni nada). Lamento no haberle roto una silla en la cabeza. Debí aprovechar que se trataba de una conversación ficticia. 



Tenemos muchas ganas de saber por donde irán los tiros en la segunda temporada de Les Revenants. Si siguen la tónica del principio (supongo que lo llamaran Drama Interior o algo así) o se decantan por la acción tipo zombie. Sobra decir que preferimos la primera. 
En cuanto a la ambientación (otra vez la Naturaleza!), la música y la siempre agradable presencia de la belleza francesa (algo desaliñada, algo me-da-igual, algo indefensa,algo hombruna, algo flequillera: el ideal que han perseguido las chicas indies españolas) no tenemos queja. 
Vive le france, cojones!  



viernes, 14 de febrero de 2014

Teoría (No) escrita

Uno de los milagros más sorprendentes (si, incluso dentro de la categoría Milagros, los hay unos más sorprendentes que otros) es el encontrar otro lector que haya leído (aunque en este caso podríamos decir No Leído) lo mismo que tú después de pasearse por las páginas de una misma novela. Rafael Reig intenta aportar algo de luz al Misterio del Significado de los Libros:


"Este era el problema de la lectura, proyectas sobre el texto la sombra de tus deseos o de tus temores, tu propia sombra que oscurece la página hasta que sólo lees lo que esperabas leer, y todo trata de ti, y si hay una mujer muerta, no puede ser una simple montaña, ni siquiera otra mujer, qué va, tienes que ser tú, tu propio cadáver, quién si no. Lees lo que no esta escrito y, a partir de ahí, construyes al autor a la medida de tu lectura. Porque no es el autor el que crea el libro, sino al contrario: es el libro el que, para ser leído, exige un autor y por tanto lo construye a su imagen y semejanza"

Lo que no está escrito 
Rafael Reig

jueves, 13 de febrero de 2014

Arby

Si quieres: Comics, Mujeres violentas, Servicio Secreto, Niños delincuentes, Bombonas de gas, Foros de internet, Farmacéuticas, Traumas infantiles, Mujeres de Acción, Malos malísimos, Suicidios y Asesinatos, Conspiración, la británica Utopía es lo que hay que ver. 


De pocas palabras y monotemático (where is Jessyca Hyde?)  Arby es el personaje más inquietante de la televisión. Sus andares descompensados y su silbante respiración nasal. El vacío en su mirada. Repulsivo y asqueante. No podemos más que tener simpatía por Arby. aR-Bi. 


Tras una primera temporada redonda rezamos a los dioses de la conspiración que mantenga el tono para la segunda. La versión americana, que hará David Fincher para la HBO, tiene todos los componentes para convertirse en legendaria. 

viernes, 7 de febrero de 2014

Esteban

Un pelirrojo sube las escaleras para llegar a la calle. Es de noche. Algo gordo y algo calvo. Tiene algo de prisa. La canción nos dice su nombre, Louie. Algo melancólica, con un bajo hipnótico y guitarras cenagosas. Voz rota.

Brother Louie* es original del grupo británico Hot Chocolate (los de la striptisera You Sexy Thing). La versión que suena es del grupo Stories, donde encontramos a dos sospechosos habituales: Ian Lloyd y Michael Brown. Estos dos tuvieron un grupo, elevado a la categoría de Mito por los entendidos, llamado The Left Banke. El cantante de este grupo era Steve Caro. Este era su nombre artístico ya que su nombre real coincidía con el de un Comediante: Steve Martin. Bueno tampoco es así exactamente, su verdadero nombre era Carmelo Esteban Martin Caro. Pues si, un Prócer del Pop Español. 

De Louie CK y su magnífico show ya hablaremos


*Por favor no confundir con la infame Brother Louie de los no menos infames Modern Talking